El aprendizaje es un acto continuado que siempre deberá ir acompañado de un ambiente divertido y lleno de risas.

 

 

Todos los viernes nos reunimos para bailar, sí, bailar nos motiva y nos hace sentirnos más contentos. La meta es sentirse cómodo con uno mismo, desechando la vergüenza que no debería existir, ya que para los niños la vergüenza es un grito lejano cuando se trata de algo que les gusta.

 

 

Aprendemos a seguir un ritmo determinado y habituarnos a su «flow«. La iniciativa y la creatividad nos dan la oportunidad para crecer como auténticos hip-hoperos manteniendo un estilo personal y único, como verdaderos profesionales.

 

 

Somos hip-hoperos hasta la médula!!

Raymond Moiche. Profesor de hip-hop.