Aprovechando que los padres trabajaban y el cole estaba “cerrado” hemos aprovechado el Viernes para irnos de excursión. Podíamos elegir entre dos actividades igual de atractivas: el Centro de ocio y Granja escuela “La Chopera” y la Zona de nieve “Snow Zone” en Xanadú.
Además hemos tenido la suerte de ir con niños de otros colegios del barrio pudiendo ampliar nuestras amistades.
El día comenzó con la llegada de cada uno al sitio marcado para que le recogieran los autobuses. Allí cada uno se despedía de sus padres y, en el caso de mi salida a Xanadú, revisábamos que no se nos hubieran olvidado ni los calcetines de repuesto ni, sobre todo, los guantes.
Mientras esperábamos a todos, los monitores nos explicaban cómo iba a ser el día y las normas básicas que seguiríamos para que todo saliera bien.
Nos pusimos en camino y amenizamos el viaje con canciones que conocemos todos. Nada más bajar del autobús nos tomamos el tentempié, recargando las pilas para el resto del día.
Al acercarnos a la entrada del Parque de nieve nos dividimos en 2 grupos. El de infantil se dispuso a realizar talleres en la nieve, jugar en un iglú, pintar un cuadro e incluso hacer un muñeco de nieve!!
Mientras tanto, los más mayores nos fuimos poniendo el equipo completo para poder deslizarnos: botas, mono, casco y guantes (el que no tenía se lo prestaron). Una vez equipados, ya estábamos listos para que diera comienzo la diversión.
Entramos en la zona de nieve (¡qué frío! ) y allí nos dieron los “donuts” con los que íbamos a deslizarnos y nos explicaron las normas de seguridad que debíamos conocer. Nos esperaban casi 3 horas de deslizamientos, echando carreras entre nosotros y deseando subir la cuesta rápidamente para volvernos a lanzar.
Cuando se nos acabó el tiempo fuimos rápido a cambiarnos, porque había que comer y nos esperaba una partida de bolos!!
Devoramos la comida (la nieve da un hambre…) y bajamos a la bolera. Allí nos dividieron por calles y pusieron nuestras iniciales en los marcadores para que pudiésemos ver nuestras puntuaciones mientras nos tomábamos un refresco.
La tarde pasó volando y se hizo la hora de irnos. Nos acercamos a nuestros autobuses para regresar a casa y más de uno cayó rendido: demasiadas emociones…
¡Ojalá pudieran ser así todos los Viernes!
Paris (Coordinador)
Debió de estar muy bien porque mi hijo, Pepe, me pregunta todos los días que cuando vamos a ir a la nieve a jugar
¡¡¡Muchísimas gracias por hacerle pasar un día especial!!!