Tras la llegada de los niños debidamente uniformados, todos vestidos de blanco, pañoleta roja al cuello y periódico en mano, hemos comenzando con el canto a nuestro patrón: A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guía en el encierro dándonos su bendición…
A continuación y tras unos pequeños estiramientos previos, nos hemos colocado a la cabeza de la carrera, desde donde podíamos escuchar el resoplar de los toros, los golpes de sus astas y cómo empujaban la valla de salida.Hemos revisado zapatillas y cordones para que nada pudiera estropear la carrera, y cuando todos estábamos listos…
¡¡PUMM!!
Tras el petardazo de salida ha comenzado la carrera. Los corredores han salido algo lentos y despistados, pues para algunos era la primera vez que corrían un encierro, pero enseguida han cogido velocidad sorteando con gran habilidad las embestidas de los toros que han permanecido agrupados prácticamente durante todo el encierro. Ha sido una carrera limpia, sin caídas ni heridas, sólo ha habido algún susto que otro por el ruido del petardo y por el tamaño de los toros; pero que no nos han impedido disfrutar de lo lindo.
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