La musicoterapia es el uso de la música y/o sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) en un proceso creado para facilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización… con el fin de desarrollar potenciales para su manejo en la vida cotidiana, por lo que uno de los objetivos fundamentales de la musicoterapia, es mejorar la calidad de vida.
El cuerpo humano tiende a sincronizarse con el ritmo de la música que escucha, por lo que está directamente vinculada con el desarrollo sensitivo y cognitivo de las personas, y más en edad temprana.
En cada sesión procuramos seguir ciertas “pautas previsibles” para crear hábitos y rutinas imprescindibles y tener disciplina en el aula, siempre de manera lúdica y divertida para que los niños aprendan a disfrutar de la música.
Empezamos con una canción de bienvenida para que sepan que comienza la actividad en la que juego con intensidades del sonido y con el tempo, seguida de distintas canciones a veces acompañadas con bailes sencillos dada su corta edad.
Seguimos con audiciones musicales para potenciar su escucha activa, las cuales acompañamos con juegos creativos o de imitación, contribuyendo a la mejora de la expresión corporal.
Después introducimos juegos musicales: rítmicos, sensitivos, creativos…en los que potenciamos el aprendizaje de figuras rítmicas, la asociación de movimiento a la presencia de sonido y el silencio a la ausencia de movimiento.
Continuamos con improvisaciones instrumentales y/o vocales para incrementar el desarrollo creativo de los niños. Muchas veces, son ellos mismos los directores de “pequeñas orquestas” (aprenden a marcar el tempo, la intensidad y los silencios), y hasta nos enseñan canciones y bailes que aprenden en otras actividades, con lo que se fomenta el respeto entre ellos.
Seguidamente, realizamos cuentos musicales o representaciones sonoras y pasamos a hacer acompañamientos instrumentales de canciones y juegos rítmicos, de atención, cooperativos y competitivos con la ayuda de instrumentos de pequeña percusión (con el previo conocimiento de éstos). A veces también realizamos “musicogramas” dibujados por ellos mismos (después de haberles enseñado algunos hechos por mi) con la intención de potenciar su imaginación abstracta.
Finalmente, recogemos de forma ordenada fomentando la cooperación entre compañeros.
Se trata de una actividad lúdica y motivacional para ellos en la que disfrutan de cada momento a la vez que aprenden y se desarrollan artística, cultural y emocionalmente.
Carla Darias Fernández (Profesora de Musicoterapia)
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