Un fracaso deportivo y un éxito de organización. El Mundial de España en 1982 dejó muchos recuerdos, como Naranjito. Pues bien, esta vez ha sido distinto. Nuestros chicos han conseguido que este mundial sea también un éxito en el plano deportivo: saltos de altura, baloncesto con guantes, carreras de sacos, guerras de agua… ¡Todo ha salido a pedir de boca!
Además, para aprender a valorar las cosas, se les propuso una actividad a la que se engancharon enseguida. Muchas veces nos quejamos de que no comprenden los esfuerzos que hacemos para ofrecerles el mayor número de placeres. En ese momento es cuando debemos pararnos a pensar si tienen ya esa capacidad para hacerlo. Poco a poco desarrollarán la habilidad de apreciar y valorar; sin embargo, si les ayudamos, el aprendizaje será más ágil.
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