Hay veces en los deportes que, sin darnos cuenta, nos encontramos concampeones anónimos… pero solo anónimos para las redes sociales o el deporte televisivo. Hoy queremos hablar denuestro campeón: Rafa, un campeón conocido por todos, incluso por sus rivales… y no como contrincante, sino como amigo y compañero.
Jamás tuvo un mal gestocon un rival ni con ningún miembro de su equipo. Le tocó jugarel partido más difícilal que jamás se ha enfrentado y, ni los mejores árbitros, ni el VAR, ni la mejor prensa deportiva ha podido ayudarle a ganarlo. Tras una malvada enfermedad, su luz se ha apagado: un joven de18 años recién cumplidos, con todas las ganas de luchar y vivir se nos ha ido.
Sé que no es momento de estar felices y es difícil estarlo, perojunto a él todo era así: felicidad y risas. Así que, no se me ocurremejor forma de honrarloquesonreír, como él sonreía, recordando esos momentos que nos regaló y lospartidos épicos que él solo nos hizo ganar.
Tu número 20 será siempreun recuerdo, la camiseta con la que siempre te veremos. Sé queallí donde estés brillaráscomo la estrella que ya aquí con nosotros eras.
Descansa en paz, compañero. Descansa en paz, ¡eterno campeón!