El transatlántico Valdeluz ha llegado al final de su viaje
Otro verano más capitaneando el barco e izo la bandera con orgullo. Pequeños grumetes que han repetido semana tras semana, sirenitas que nos acompañaron desde el mismísimo 23 de junio (que se dice pronto) hasta el final, mamás que preferían embarcarlos en la aventura antes que tenerlos frente a un Ipad…
Este año el viaje ha sido un SEÑOR VIAJE. Con nuestra ilusión y fantasía nos hemos adentrado en las profundidades del fondo marino. La magia del saber y del transmitir también conocimiento y valores a través de la EDUCACIÓN NO FORMAL ha sido siempre nuestro rumbo.
Un niño feliz es un niño que juega, aprende, corre, baila…pero también que llora y se levanta cuando algo lo hace mal, que se enfrenta a sus miedos y los supera. Los «San Fermines» nos han enseñado el valor de ayudar a los más pequeños, la «Noche de estrellas», la cantidad de cosas que podemos hacer solitos sin papá ni mamá y «las gymkhanas», la importancia del trabajo en equipo para lograr un fin común.
Este no es un mero «aparcaniños», ¡no!, es un CAMPAMENTO donde los niños son felices y nos desvivimos para que cada día sea especial y contribuya a su crecimiento y desarrollo.
Talleres, gymkhanas, bailes, excursiones… todo bajo una temática para engancharlos y hacer juntos lo que más les gusta… ser niños.
Este campa se acaba, pero la satisfacción general de este año ha superado a la del anterior. Por ello, doy las gracias a todas esas mamás y papás que día tras día confían en mí, en mi equipo y en Facei para dejar a sus hijos e hijas con nosotros y permitirles que vivan grandes aventuras.