Hoy ha sido un día muy emocionante. Llevábamos varias jornadas esperando a que llegara el día de los encierros en el Valdeluz. Nuestros participantes han traído los deberes hechos de casa, ya que han estado viendo los verdaderos encierros por la tele esta semana. El día anterior habíamos realizado un cartel gigante en honor al santo, San Valdeluz, que es quien nos iba a proteger durante este encierro. Al llegar, la gente estaba muy nerviosa. ¡Sabíamos que podía haber toros cerca!
Todos los compañeros estaban vestidos de blanco y rojo y con un periódico en la mano. En cambio, los monitores iban vestidos de negro… ¡con cuernos y todo!
Todo estaba ya preparado para que empezaran los encierros. Cuando estuvimos todos listos, nos colocamos en frente de San Valdeluz y entonamos el himno al patrón. Mientras, se escuchaba el sonido de los toros dispuestos a salir y, de pronto… ¡ahí estaban! los astados, que en realidad eran los monitores disfrazados de toro.
Nada más acabar el canto a San Valdeluz, empezamos a prepararnos para salir corriendo y poder escapar de los toros. Nos situamos en nuestro lugar en el patio, nos colocamos el pañuelo y, en ese momento: “pumm!!” se escuchó el chupinazo y todos los toros salieron escopetados.
Todos corríamos lo más rápido que podíamos pero, aún así, hubo gente que fue alcanzada. Por suerte, teníamos a nuestra disposición la mejor enfermera que se puede tener… y, en realidad, no hubo ninguno incidencia grave. Todo el mundo disfrutaba, se reía y se lo pasaba bien. Queríamos repetirlo cada día.
Todo fue muy rápido, dimos la vuelta al cole en menos de un minuto y, al terminar nuestro recorrido, estuvimos jugando con los toros un rato en el patio. Como colofón, hicimos una foto de recuerdo y… ¡ya estábamos listos para la siguiente aventura!