Segunda noche en el campamento y el cansancio ya empieza a notarse. Prácticamente ninguno estaba despierto hasta que ha sonado la música que anunciaba la hora de levantarse.
Incluso alguno no sabía muy bien donde estaba. Aitor, el segundo cumpleañero del campamento, al ser felicitado nada más despertarse con un fuerte felicidades no ha podido responder más que felicitándonos también a nosotros.
Tras el desayuno hemos subido a las habitaciones para lavarnos los dientes, colocarlas y hacer la cama mientras pensábamos como superar la prueba para que nos dieran la habitación apta. Hoy consistía en pensar un chiste entre los miembros de la habitación y representarlo para el resto. Se nota que era un día más de campamento y hemos mejorado mucho en nuestra forma de recoger, ya casi no había ropa desordenada y camas sin hacer bien. Estoy seguro que antes de volvernos lo haremos perfecto.
Cuando hemos acabado todos nos hemos reunido en la entrada para, con los mismos equipos que el otro día, hacer las actividades que ayer no nos tocaron. La senda con las bicis se cambió por deportes alternativos y tiro con arco con los que disfrutamos un montón. Hoy ha hecho mucho menos calor y eso nos ha permitido hacer las actividades más tranquilos y sin sentir tanto los efectos del Sol.
Al terminar nos hemos dirigido al embalse donde estaban nuestros compañeros haciendo piragüismo para bañarnos todos juntos antes de comer. Regresamos y, junto a los monitores, aprendimos un baile que debemos realizar siempre que escuchemos una canción todos reunidos en la entrada. Es la prueba del día y, si la conseguimos hacer bien, ganaremos unos minutos más antes de que se apaguen las luces esta noche.
Tras la merienda hemos celebrado el cumpleaños de Aitor y le hemos entregado su regalo.
Con los talleres de por la tarde ha sucedido lo mismo que con las actividades de por la mañana. Hemos pasado a uno que no hicimos el día anterior. Así conseguiremos que todos los niños se lleven todo tipo de recuerdos a casa.
Por la tarde nos hemos ido todos a la piscina y allí hemos hecho muchos juegos tanto dentro como fuera del agua.
Llego la hora de volver al albergue, ducharse y cenar; preparándonos para la velada de esta noche.
Disfrutamos de un viaje al pasado dentro de un poblado medieval. El Rey nos pedía que le ayudásemos en su misión de encontrar la palabra más larga del reino pero que tuviéramos cuidado con los diversos personajes con los que nos encontráramos. Los “buenos” como el druida, la princesa y el dragón nos recompensaban con letras tras realizar una prueba y los malos como el trovador o el jorobado nos las robaban si no hacíamos lo que nos decían. Recorriendo las calles del pueblo fuimos pasando por ellos hasta que llegó la hora de volver al castillo y comprobar quien podía lograr la palabra más larga, o tenía mayor inventiva creando nuevas.
Todos a cambiarnos y a la cama. Qué pena que esto se esté acabando!!
Fdo. Paris (experto asegura
ndo niños en el rocódromo y princesa).
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