Tras un viaje que se nos hizo un poco largo, más por las ganas que teníamos de llegar que por la distancia, divisamos el albergue que va a ser nuestra residencia.
Desde la puerta ya nos saludaban los monitores con los que vamos a compartir estos días.
Después de sacar las maletas nos reunimos todos para que nos asignaran las habitaciones y nos presentaran a los compañeros que no conocíamos ya.
Cogimos nuestras maletas y nos dirigimos a ellas para, con la ayuda de los monitores, colocar la ropa y hacer la cama.
Cuando terminamos ya era casi la hora de la comida!! Asi que nos explicaron en poco tiempo las normas que debíamos respetar y nos dirigimos al comedor donde compartimos mesas para hacer nuevas amistades.
Por la tarde nos dedicamos a poner nombre a nuestras habitaciones y a crear carteles para identificarlas. Al acabarlos merendamos un rico bocadillo y como teníamos calor ( como aprieta en Cáceres!) nos bajamos alembalse para disfrutar de un buen baño. Allí nadamos, jugamos y nos refrescamos. Siempre con nuestra crema puesta que el Lorenzo pica.
Llegaba la hora de volver al albergue para ducharnos y cambiarnos de ropa. Según íbamos acabando algunos quisimos ver el partido y otros jugar hasta que llegara la hora de la cena…
Y ahora os dejo, que estamos en medio de una velada con el «juego de los locos».
Mañana os contaré la que sin duda será una noche de descanso tranquila tras un día lleno de emociones.
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