Después de unos costosos preparativos, en los que todos arrimamos el hombro, comienzan las olimpiadas con el recorrido de la antorcha y el encendido del pebetero. A continuación, un fantástico desfile nos hace sentirnos nerviosos deportistas antes de un gran acontecimiento.
El deporte es una de las herramientas más divertidas para inculcar a los pequeños valores que pueden resultar de gran utilidad en su futuro. La sana competencia, el cuidado de la salud y la higiene, la integración y la solidaridad son sólo algunas de las lecciones que se pueden aprender introduciendo conocimientos de las diversas disciplinas deportivas que hemos tocado hoy. Con disciplinas, no nos referimos a los juegos comunes (fútbol, baloncesto, etc.); los pequeños han hecho una visita al pasado practicando los juegos deportivos de entonces. El aro rodado, los picos o la sandiaza son algunos de los ejemplos, demostrando en todos nuestra velocidad, nuestra habilidad e incluso nuestros conocimientos!!
Compitiendo con deportividad hemos aprendido grandes cosas como que lo realmente divertido es jugar y participar, que la victoria pasa a un segundo plano.
También hemos aprendido a ganar y a perder, porque no siempre se gana y casi siempre se pierde, y si sabes perder sabes mucho. Los vencedores lo han celebrado con respeto y los no vencedores han aceptado que esta vez han ganado otros.
El clima no ha sido nuestro mejor aliado en esta ocasión. Sin embargo, el tiempo es oro. Los mayores han aprovechado para acabar los murales de tele buena y tele mala. Los pequeños, por su parte, han disfrutado con los Cuentacuentos y el taller musical.
Además hemos abierto nuestro buzón para ver las cartas que nuestros amigos y compañeros nos han escrito y hemos aprovechado para contestar y mandar nuevos mensajes.
¿Tendré alguna carta mañana en mi buzón? Mientras espero recordaré con emoción estas olimpiadas.
¡Cada día me siento más grande trabajando con pequeños!
Miguel y Paula
(Monitores de Campamento)
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